lunes, 27 de agosto de 2007

TANTO TIEMPO!!

A veces me pasan cosas así, me aburro por un tiempo y luego vuelvo a retomar... No sé cuanto me dure la inspiracion esta vez, pero voy a tratar de hacerla durar... Ok, dejo aquí un cuentito que escribi para mi primer trabajo de introduccion a la narracion (ramo de triple G), NO ES EL BORRADOR CORREGIDO, porque ese lo imprimí y no lo guardé. Pero son detalles... Traten de leerlo como "corriente de la conciencia".... ojalá les guste.


Se titula, "Sueño profundo"

Abrí los ojos a su lado, lo miré por unos minutos. Le di un beso en la mejilla y me levanté para salir por la ventana hacia la terraza, el inmenso mar me entregaba calma y quietud y el sol de las doce calor y vida. Me acosté en el suelo, cerré los ojos y comencé mi viaje acompañada de la melodía que salía por los audífonos de mi MP3. Estaba en calma, plena, no necesitaba nada.

Mi respiración, se hacía cada vez más fuerte, y me llevaba lentamente a un estado de somnolencia e inconsciencia, que comenzó a absorberme en cuerpo y mente.

Siguiendo el ritmo de mi respiración, y sin poder escuchar la música, mis pies comenzaron a dormirse, mis dedos perdieron todo movimiento y sensibilidad al viento frío que pasaba entre ellos. Los había perdido.

Lo mismo pasó lentamente con mis pantorrillas, rodillas y muslos. Mis caderas se relajaron lentamente, haciendo olvidar a mis piernas la estabilidad que debían brindarme, volviéndose poco a poco más pesadas e inmóviles; se volvieron madera vieja y crujiente de la terraza. Mientras el sol las iluminaba y calentaba impidiéndole al viento hacerse presente. Mi torso siguió después. Mi espalda ya no se movía en lo absoluto y mis costillas no dejaban espacio a mis pulmones para tomar aire. No me importaba. No lo necesitaba.

Luego siguieron mis brazos, mis manos y mi cuello que cedieron al letargo del resto de mi cuerpo sin demora. Por último y de a poco mi cabeza dejó de funcionar. Ya no sentía el aire puro que entraba por mi nariz, tampoco sentía el calor sobre mis mejillas ni el sonido de la música, las ideas se hacían escasas y el negro dominó mi mente.

Se despertó y caminó a la terraza durante mi transe, me miró y sentó junto a mi cuerpo inerte. Me tocó la mano suavemente y volví a sentir. El aire fresco entró nuevamente por mi nariz, mis pulmones se inflaron y mis ojos se abrieron para verlo. “¿Estabas durmiendo?”, “Sí, mi amor, durmiendo”.




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Dani Pezzani C.

4 comentarios:

Javier Neira dijo...

como blogger no me dejó postear, lo hago d nuevo no ma:
shuper loco tu cuento pezzani, me gusta harto, y ya t lo he dicho (quizas pq lo he leído solamente un millón d veces)
te dejo un saludo por acá mujer, cuidese... ynos tamos viendo pue, chauu

Jaci dijo...

Es brígido tu relato. Me gustó bastante... cómo mierda permites que la gente PUC te limite, escribes bien!.
Y, como te decía al comienzo (y hablabamos ese día), es muy heavy que te pase eso, da miedo en parte... la desesperación de querer moverse, gritar x ayuda a la pieza de al lado y no poder porque el cuerpo no te responde es brígido. Ahora, si le añades el factor novio y frase wow final, lo conviertes en un gran relato.

Besos

eltomas dijo...

Wenisimo Wawa fallá!!
La verdad que me encantaría vivir esa sensación. emn teatro siempre se hace relajación como una actividad habitual. Siempre logro tener un punto de relajación, pero nunca logro desonectarme totalmente. te envidio ATT
Que onda tu placement?
jajaaja
wenisimo el relato ;)!
chaus

Pablo Arias dijo...

Mish!... el lado oculto de miss pezzani. Bueno bueno el cuento, me gustó, descriptivo y atrapante.
Espero seguir leyendo cosas así por estos lares.
¡HASTA LA PRÓXIMA!